San Nicolás

Publicado por Willy

6 de Diciembre
San Nicolás
Obispo
Año 345

San Nicolás bendito, ruégale a Dios que
nos libre de todo peligro del alma y del cuerpo.

Su nombre significa "Protector y defensor de pueblos".

Este santo fue tan popular en la antigüedad, que se le han consagrado en el mundo más de dos mil templos. Era invocado en los peligros, en los naufragios, en los incendios y cuando la situación económica se ponía difícil, y la gente conseguía por su intercesión favores admirables.

Por haber sido tan amigo de la niñez, en su fiesta se reparten dulces y regalos a los niños, y prácticamente con esta fecha se empezaban las festividades de diciembre. Como en alemán se llama "San Nikolaus", lo empezaron a llamar Santa Claus, y lo pintan como un anciano vestido de rojo, con una barba muy blanca, que pasaba de casa en casa repartiendo regalos y dulces a los niños (entre nosotros lo llamaron Papá Noel).

De San Nicolás escribieron muy hermosamente San Juan Crisóstomo y otros grandes santos. Su biografía la escribió San Metodio, Arzobispo de Constantinopla, y de ella sacamos los siguientes datos curiosos.

Nació en Licia, Turquía, de padres muy ricos. Desde niño se caracterizó porque todo lo que conseguía lo repartía entre los pobres. Decía a sus padres: "sería un pecado no repartir mucho, siendo que Dios nos ha dado tanto".

Tenía un tío que era obispo y este lo consagró como sacerdote. Al morir sus padres atendiendo a los enfermos en una epidemia, él quedó heredero de una inmensa fortuna. Entonces repartió sus riquezas entre los pobres y se fue de monje a un monasterio. Después quiso visitar la Tierra Santa donde vivió y murió Jesús, y al volver de allá llegó a la ciudad de Mira (en Turquía) donde los obispos y sacerdotes estaban en el templo discutiendo a quién deberían elegir como nuevo obispo de la ciudad, porque el anterior se había muerto. Al fin dijeron: "elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo". Y en ese momento sin saber esto, entró Nicolás y por aclamación de todos fue elegido obispo. Por eso se le llama San Nicolás de Mira.

San NicolásLa especialidad de este santo fueron los milagros tan numerosos que logró conseguir de Dios. Lo pintaban con unos niños, porque los antiguos contaban que un criminal hirió a cuchillo a varios niñitos, y el santo al rezar por ellos obtuvo su curación instantánea. También pintan junto a él a una señorita, porque en su ciudad había un anciano muy pobre con tres hijas y no lograba que se casaran por ser en tan extremo pobres. Entonces el santo por tres días seguidos, cada noche le echó por la ventana una bolsa con monedas de oro, y así el anciano logró casar a sus hijas muy bien.

Es Patrono de los marineros, porque estando unos marineros en medio de una terribilísima tempestad en alta mar, empezaron a decir: "Oh Dios, por las oraciones de nuestro buen Obispo Nicolás, sálvanos". Y en ese momento vieron aparecer sobre el barco a San Nicolás, el cual bendijo al mar, que se calmó, y en seguida desapareció.

Otro día iban a condenar injustamente a tres amigos suyos que estaban muy lejos. Ellos rezaron pidiendo a Dios que por la intercesión de Nicolás su obispo los protegiera. Y esa noche en sueños el santo se apareció al juez y le dijo que no podía condenar a esos tres inocentes. Y fueron absueltos.

El emperador Licino decretó una persecución contra los cristianos y Nicolás fue encarcelado y azotado, pero siguió aprovechando toda ocasión que se le presentaba, para enseñar la religión a cuantos trataban con él. Más tarde llegó el emperador Constantino y lo liberó a él junto con todos los demás prisioneros cristianos.

Luego apareció la herejía de Arrio que decía que Jesucristo no es Dios. San Nicolás se opuso con toda su sabiduría y con su gran ascendiente y no permitió que los arrianos entraran a su ciudad de Mira.

Dicen que el santo murió el 6 de diciembre del año 345.

En oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la ciudad donde estuvo de obispo, pero en occidente se le llama Nicolás de Bari, porque cuando los mahometanos invadieron a Turquía, un grupo de católicos sacó de allí en secreto las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia. En esa ciudad se obtuvieron tan admirables milagros al rezarle a este gran santo, que su culto llegó a ser sumamente popular en toda Europa. Es Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía. En Roma ya en el año 550 le habían construido un templo en su honor.

Tomado de EWTN.com

Orar por los difuntos

Publicado por Willy



Pregunta:


¿Podemos orar por los difuntos o no? Protestantes en mi trabajo me dicen que eso esta en contra de la Escritura.




Respuesta:




La Doctrina católica es biblica



La Biblia nos dice que después de la muerte viene el juicio: «Está establecido que los hombres mueran una sola vez y luego viene el juicio» (Hebr. 9, 27). Después de la muerte viene el juicio particular donde «cada uno recibe conforme a lo que hizo durante su vida mortal» (2 Cor. 5, 10).
Al fin del mundo tendrá lugar el «juicio universal» en el que Cristo vendrá en gloria y majestad a juzgar a los pueblos y naciones.
Es doctrina católica que en el juicio particular se destina a cada persona a una de estas tres opciones: Cielo, Purgatorio o Infierno.
-Las personas que en vida hayan aceptado y correspondido al ofrecimiento de salvación que Dios nos hace y se hayan convertido a El, y que al morir se encuentren libres de todo pecado, se salvan. Es decir, van directamente al Cielo, a reunirse con el Señor y comienzan una vida de gozo indescriptible «Bienaventurados los limpios de corazón -dice Jesús- porque ellos verán a Dios» (Mt. 5, 8).
-Quienes hayan rechazado el ofrecimiento de salvación que Dios hace a todo mortal, o no se convirtieron mientras su alma estaba en el cuerpo, recibirán lo que ellos eligieron: el Infierno, donde estarán separados de Dios por toda la eternidad.
-Y finalmente, los que en vida hayan servido al Señor pero que al morir no estén aún plenamente purificados de sus pecados, irán al Purgatorio. Allá Dios, en su misericordia infinita, purificará sus almas y, una vez limpios, podrán entrar en el Cielo, ya que no es posible que nada manchado por el pecado entre en la gloria: «Nada impuro entrará en ella (en la Nueva Jerusalén)» (Ap. 21, 27).
Aquí surge espontánea una pregunta cuya respuesta es muy iluminadora: ¿Para qué estamos en este mundo? Estamos en este mundo para conocer, amar y servir a Dios y, mediante esto, salvar nuestra alma. Dios nos coloca en este mundo para que colaboremos con El en la obra de la creación, siendo cuidadores de este «jardín terrenal» y para que cuidemos también de los hombres nuestros hermanos, especialmente de aquellos que quizás no han recibido tantos dones y «talentos» como nosotros. Este es el fin de la vida de cada hombre: Amar a Dios sobre todas las cosas y salvar nuestra alma por toda la eternidad.

¿Qué acontece, entonces, con los que mueren?



Ya lo dijimos: Los que mueren en gracia de Dios se salvan. Van derechamente al cielo. Los que rechazan a Dios como Creador y a Jesús como Salvador durante esta vida y mueren en pecado mortal se condenan. También aquí la respuesta es clara y coincidente entre católicos y evangélicos.
-Pero, ¿qué ocurre con los que mueren en pecado venial o que no han satisfecho plenamente por sus pecados? Ahí está la diferencia entre católicos y evangélicos. Los católicos creemos en el Purgatorio. Según nuestra fe católica, el Purgatorio es el lugar o estado por medio del cual, en atención a los méritos de Cristo, se purifican las almas de los que han muerto en gracia de Dios, pero que aún no han satisfecho plenamente por sus pecados. El Purgatorio no es un estado definitivo sino temporal. Y van allá sólo aquellos que al morir no están plenamente purificados de las impurezas del pecado, ya que en el cielo no puede entrar nada que sea manchado o pecaminoso.
Ahora bien, según los evangélicos no hay Purgatorio porque no figura en la Biblia y Cristo salva a todos, menos a los que se condenan.
Para nosotros, los católicos hay Purgatorio y en cuanto a su duración podemos decir que después que venga Jesús por segunda vez y se ponga fin a la historia de la humanidad, el Purgatorio dejará de existir y sólo habrá Cielo e Infierno.
El Apóstol Pablo dice, además, que en el día del juicio la obra de cada hombre será probada. Esta prueba ocurrirá después de la muerte: «El fuego probará la obra de cada cual. Si su obra resiste al fuego, será premiado, pero si esta obra se convierte en cenizas, él mismo tendrá que pagar. El se salvará pero como quien pasa por el fuego» (1 Cor. 3, 15). La frase: «tendrá que pagar» no se puede referir a la condena del Infierno, ya que de ahí nadie puede salir. Tampoco puede significar el Cielo, ya que allá no hay ningún sufrimiento. Sólo la doctrina y la creencia en el Purgatorio explican y aclaran este pasaje. Pero, además, en la Biblia se demuestra que ya en el Antiguo Testamento, Israel oró por los difuntos. Así lo explica el Libro II de los Macabeos (12, 42-46), donde se dice que Judas Macabeo, después del combate oró por los combatientes muertos en la batalla para que fueran liberados de sus pecados. Dice así: «Y rezaron al Señor para que perdonara totalmente de sus pecados a los compañeros muertos». Y también en 2 Timoteo 1, 1-18, San Pablo dice refiriéndose a Onesíforo: «El Señor le conceda que alcance misericordia en aquel día».

Por consiguiente, según nuestra fe católica, al leer atentamente la Biblia, si se pueden ofrecer oraciones, sacrificios y Misas por los muertos, para que sus almas sean purificadas de sus pecados y puedan entrar cuanto antes a la gloria a gozar de la presencia divina. Los evangélicos insisten en que la palabra «Purgatorio» es una pura invención de los católicos y que ni siquiera este nombre se halla en la Biblia. Nosotros argumentamos que tampoco está en la Biblia la palabra «Encarnación» y, sin embargo, todos creemos en ella. Tampoco está la palabra «Trinidad» y todos, católicos y evangélicos, creemos en este misterio. Por tanto, su argumentación no prueba nada.
En definitiva, el porqué de esta diferencia es muy sencillo. Ellos sólo admiten la Biblia, en cambio para nosotros, los católicos, la Biblia no es la única fuente de revelación. Nosotros tenemos la Biblia y la Tradición. Es decir, si una verdad se ha creído en forma sostenida e ininterrumpida desde Jesucristo hasta nuestros días es que es dogma de fe y porque el Pueblo de Dios en su totalidad no puede equivocarse en materia de fe porque el Señor ha comprometido su asistencia. Es el mismo caso de la Asunción de la Virgen a los cielos, que si bien no está en la Biblia, la Tradición cristiana la ha creído y celebrado desde los primeros tiempos, por lo que se convierte en un dogma de fe. Además esto lo ha reafirmado la doctrina del Magisterio durante los dos mil de fe de la Iglesia Católica.

La Tradición de la Iglesia Católica=cristianismo primitivo



La Tradición constante de la Iglesia, que se remonta a los primeros años del cristianismo, confirma la fe en el Purgatorio y la conveniencia de orar por nuestros difuntos. San Agustín, por ejemplo, decía: «Una lágrima se evapora, una rosa se marchita, sólo la oración llega hasta Dios». Además, el mismo Jesús dice que «aquel que peca contra el Espíritu Santo, no alcanzará el perdón de su pecado ni en este mundo ni en el otro» (Mt. 12, 32). Eso revela claramente que alguna expiación del pecado tiene que haber después de la muerte y eso es lo que llamamos el Purgatorio. En consecuencia, después de la muerte hay Purgatorio y hay purificación de los pecados veniales.

Resumiendo, entonces, digamos que con nuestras oraciones podemos ayudar a los que están en el Purgatorio para que pronto puedan verse libres de sus sufrimiento y ver a Dios.
No obstante, como que en la práctica, cuando muere una persona, no sabemos si se salva o se condena, debemos orar siempre por los difuntos, porque podrían necesitar de nuestra oración. Y si ellos no la necesitan, le servirá a otras personas, ya que en virtud de la Comunión de los Santos existe una comunicación de bienes espirituales entre vivos y difuntos. Esto explica aquella costumbre popular de orar «por el alma más necesitada del Purgatorio».

Las catacumbas



En las catacumbas o cementerios de los primeros cristianos, hay aún esculpidas muchas oraciones primitivas, lo que demuestra que los cristianos de los primeros siglos ya oraban por sus muertos. Del siglo II es esta inscripción: «Oh Señor, que estás sentado a la derecha del Padre, recibe el alma de Nectario, Alejandro y Pompeyo y proporciónales algún alivio». Tertuliano (año 160-222) dice: «Cada día hacemos oblaciones por los difuntos». San Juan Crisóstomo (344-407) dice: «No en vano los Apóstoles introdujeron la conmemoración de los difuntos en la celebración de los sagrados misterios. Sabían ellos que esas almas obtendrían de esta fiesta gran provecho y gran utilidad» (Homilía a Filipo, Nro. 4).

Amigos y hermanos míos, creo que les quedará bien claro este punto tan importante de nuestra fe. Quien se profese católico no sólo puede sino que debe orar por sus difuntos
Y aquí cabe una pregunta: ¿Cómo queremos que nos recuerden nuestros amigos y familiares cuando nos muramos, con o sin oración?
Por lo menos entre los católicos, todos dirán que su deseo es que oren por ellos y que se les recuerde con la Santa Misa, porque aunque un católico muera con todos los sacramentos, siempre puede quedar en su alma alguna mancha de pecado(Ap 21,27) y por eso conviene orar por ellos. Este es el sentir de la Iglesia Católica desde sus comienzos.

En lo que se refiere al Purgatorio hay que agregar que no es como una segunda oportunidad para que la persona establezca una recta relación con Dios. La conversión y el arrepentimiento deben darse en esta vida.
Los católicos, pues, no nos contentamos solamente con cantar alabanzas y glorificar a Dios, sino que elevamos plegarias a Dios y a la Santísima Virgen por nuestros difuntos y con más razón en los días inmediatos a su muerte.

La oración por los difuntos



Los primeros misioneros que evangelizaron América introdujeron la costumbre, que aún perdura en algunos lugares, de reunirse y hacer un velorio que se prolonga por una semana o nueve días. Se reza aún una Novena en la que los familiares se congregan para acompañar a los deudos y ofrecen a Dios oraciones por el difunto. También la Iglesia, desde tiempo inmemorial, introdujo la costumbre de celebrar el día 2 de Noviembre dedicado a los difuntos, día en el que los católicos vamos a los cementerios y, junto con llevar flores, elevamos una oración por nuestros seres queridos.
Los evangélicos, por lo general, sólo alaban a Dios por los favores que Dios le concedió al difunto. Pocas son las sectas que oran por ellos. En materia doctrinal, hay mucha variedad entre una secta y otra, ya que, como interpretan la Biblia según su libre albedrío, cada iglesia y cada persona tienen su propio criterio.
En cambio, entre los católicos sabemos que cualquier texto de la Escritura no debe ser objeto de interpretación personal, sino que la Iglesia, inspirada por el Espíritu Santo, nos revela a través de sus pastores el verdadero sentido de cada texto. Y en este sentido, el Papa es el garante la verdad revelada, es decir, del depósito de la Fe. Así, el Papa nos confirma en que nuestra Fe es la misma de los primeros cristianos, y la misma que perdurará hasta el fin de los tiempos.
Digamos, para terminar, que los católicos no sólo podemos orar por los difuntos, sino que éste es un deber cristiano que obliga, especialmente, a los familiares y a los amigos más cercanos. (Ef 6,18)
Orar por los vivos y por los difuntos es una obra de misericordia. De la misma manera que ayudaríamos en vida a sus cuerpos enfermos, así, después de muertos, debemos apiadarnos de ellos rezando por el descanso eterno de sus almas.
Ente los católicos la tradición es orar por los difuntos y en lo posible celebrar la Santa Misa por su eterno descanso. Ef 6,18-20
Dice la Liturgia: "dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz eterna"
Y san Agustín, un obispo cristiano de los primeros siglos dijo:"Una lágrima se evapora, una flor se marchita, sólo la oración llega al trono de Dios".



Tema realizado por P. Paulo Dierckx //P. Miguel Jordá


¿Vivos o Muertos?

Publicado por Willy


Basándose en unos textos como "Porque los que viven saben que han de morir, pero los muertos nada saben, ni tienen mas paga porque su memoria es puesta en el olvido" (Ec 9,5). "Porque en la muerte no hay memoria de ti" (Sal 6,5).Los hermanos dicen que los muertos no saben nada y entonces es inútil pedir a los santos porque no pueden hacer nada.


Pero nosotros no somos Judíos, sabemos más sobre los santos porque tenemos el Nuevo Testamento donde leemos que somos miembros del Cuerpo de Cristo. Jesús es la Cabeza, vive y actúa en nosotros. ¿Será que los santos ya no forman parte del Cuerpo de Cristo cuando mueren? ¿Será que una parte del Cuerpo de Cristo esta muerta?.La Iglesia es el Cuerpo de Cristo "Somos un Cuerpo de Cristo y todos miembros los unos de los otros" (Ro. 12,4-5; 1Co. 12,27). Él es la Cabeza (Ef 5,23). Cristo no tiene dos cuerpos uno en el cielo y otro en la tierra. La Iglesia es un solo Cuerpo "Fuisteis llamados en un solo Cuerpo" (Col. 3,15). Está compuesta de miembros en el cielo y en la tierra. Porque somos todos conectados con Cristo la Vid (Jn 15,1-5).

Los santos en el cielo son aún mas uno con Cristo. Como quiere decir la palabra "Comunión de los Santos" del Credo Apostólico.En Cristo somos familia ( 1Tt 3,15) Hijos del mismo Dios ( 1Jn 3,1), Coherederos con Cristo (Ro. 8,17), partícipes en su Naturaleza Divina ( 2P. 1,4). La muerte no puede separar los cristianos de Cristo ni de los demás santos (Ro. 8,35-39).


Cuando Pablo persiguió a los primeros cristianos, Jesús le preguntó a Saulo ¿Por qué me persigues? (Hch 9,4). De la misma manera que ir en contra de la Iglesia y sus miembros es ir contra de Jesús, así también cuando se honra a sus miembros a El se honra.
El libro del Apocalipsis dice: "Los veinticuatro ancianos tienen copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos" (Ap 5,8).


Jesús nos dio la parábola de Lázaro y el hombre rico. El rico está muerto, una vez muerto el rico dice: "Te ruego pues padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos" (Lc. 16,27-28) ¿Cómo es que él recuerda que tiene hermanos y que tiene una casa si los muertos no saben nada?. Es una parábola pero no por eso es falsa. Jesús no nos enseñaría algo que pudiera confundir si no es verdad.


¿Cómo pudieron Elías y Moisés aparecer en el monte de la Transfiguración de Jesús y conversar sobre su crucifixión, si están inconscientes? (Mc 9,4)


Un ejemplo bíblico de un santo orando para nosotros es Jeremías en 2 Mac 15,14 Leemos de la visión que tuvo Judas del Sumo Sacerdote Onías quien habla de Jeremías "Este es el que ama a sus hermanos, el que ruega sin cesar por el pueblo Judío y por la ciudad santa. Es Jeremías el profeta de Dios.


¿Dónde vemos en la Biblia que el pueblo de Dios pidió que otros intercedieran?."Entonces el pueblo vino a Moisés…ruega a Yahvé que quite de nosotros"(Núm. 21,7)."Padre Abraham ten misericordia de mí" (Lc. 16,24)"Abraham intercede por Sodoma" (Gn 18,16-17).La Iglesia hacía oración a Dios por Pedro. "La Iglesia hacía sin cesar oración a Dios por Él" (Hch 12,5; Ro15,30)
(Tomado de www.rosario.org.mx)

¿Tuvo hermanos Jesús?

Publicado por Willy


Los hermanos protestantes dicen que María NO permaneció Virgen, sino que ella tuvo otros hijos. Citan los Evangelios que hablan de los hermanos de Jesús(Mt 13,56 y Mc. 3,31). La palabra griega para hermano es "Adelphos" y para hermana "Adelphe". Ciertamente estas palabras pueden referirse también a hermanos y hermanas espirituales o a parientes cercanos como primos.En el A.T. se utiliza la palabra hermano en lugar de primos. "Y llamó Moisés a Misael y a Elzafan, hijos de Uziel, Tío de Aaron, y les dijo: Acercaos y sacad a vuestros hermanos del santuario fuera del campamento" (Lv 10,4)


En Génesis, Abraham le dice a Lot "Somos hermanos" (Gn 13,8). Lot era su sobrino.En el segundo libro de Samuel, se usa la palabra hermano para indicar miembros de la misma raza y el mismo pueblo "vosotros sois mis hermanos" (2S.19,12) (Ex. 2,11)


En el N.T. leemos: "Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonamos de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas" (Mt. 18,35). "Todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano y hermana" (Mt. 12,46-50).La Biblia dice que los hermanos de Jesús son Jacobo, José, Simón y Judas (Mt. 13,55)Pero en otros lugares de la Biblia vemos que estos hombres tuvieron otro padre carnal, mientras que el padre de Jesús era José el carpintero.


En Mt.27,56: "María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José y la madre de Zebedeo". Se nota que Jacobo y José "hermanos de Jesús" eran hijos de María, la mujer de Cleofás, posiblemente pariente de María la madre de Jesús y esposa de José. María la Madre de Jesús no fue al sepulcro.

Judas en su carta escribe: "Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo" (Judas 1), si Jacobo y Judas eran hermanos de Jesús, siendo hermanos ellos también (Hch 1,13)¿Por qué Judas solo dice siervo de Jesucristo y no añade "hermano" de Él, como lo hace con su hermano Jacobo? En ( Jn. 19,26-27) Jesús pidió a Juan que cuidara de María, si hubiera tenido otros hermanos no sería necesario.

Marcos dice: ¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, José Judas y Simón" (Mc 6,3; Mt13,53) La Biblia nunca habla de "Los hijos de María" sino de los "hermanos de Jesús". Tampoco dice: "Hijo de María, madre de Jacobo, José, Judas y Simón"
La forma como las personas identificarían que Jesús es el Mesías, es que su madre sería una virgen que daría a luz. Si María hubiera tenido varios hijos, es decir hubiera perdido su virginidad ¿Qué garantía tenían los judíos años después para creer que Jesucristo era el Mesías hijo de la virgen?

Cuando Jesús tenía doce años, subieron a Jerusalén para llevarlo al templo, Los judíos acostumbraban ya llevar a sus hijos para acostumbrarlos. Lucas dice que iban sus padres todos los años (Lc. 1,41). Si María tuvo más hijos ella debería haber quedado al cuidado de ellos, ya que habían de ser pequeños y la mujer no estaba obligada a subir a Jerusalén.
En el libro de los Hechos leemos: "Todas éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres y con María la Madre de Jesús y con sus hermanos" (Hch 1,14) Aquí Lucas sólo dice que María era madre de Jesús y la separa de los hermanos ¿Por qué no dijo "Con María la madre de Jesús y sus hermanos" en vez de "y con sus hermanos" El griego usa la palabra PSUN "con" dos veces.
Es común en la Biblia, cuando presenta una genealogía de una persona importante, mencionar a toda la familia, pero Lucas sólo habla de un hijo de José. "Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años, hijo, según se creía de José hijo de Elí". (Lc. 3,23).
Algunos eruditos de la Biblia argumentan que si los "hermanos" de Jesús hubieran sido hijos de María, la forma de nombrarles según la costumbre judía hubiera sido: "Aquí están tu madre y los hijos de tu madre" Esto era la forma correcta de expresarse y NO el decir " Aquí están tus hermanos".


Primogénito
No quiere decir solamente el primer nacido entre otros hijos, sino ocupar un lugar especial. Una mujer que muere al dar a luz a su primer hijo, se dice que él es el primogénito aunque no tenga hermanos. El Salmo 89 dice que David (último de 8 hijos) es llamado primogénito por Dios "Yo también le pondré primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra" (Sal 89, 27-28). En Génesis Jacob recibió las bendiciones de la primogenitura aunque nació después de Esaú.No debemos olvidar que el título de primogénito para designar a Jesús, tiene otro sentido simbólico. El es llamado primogénito de toda la creación (Col.1,5)
"No la conoció hasta que dio a luz". No quiere decir que José haya tenido relaciones con María después "hasta que" no equivale decir "pero después sí", porque en 2 de Samuel leemos " Y Micaela, hija de Saúl, nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte" (6,23). No quiere decir que después de su muerte tuvo hijos. Lo que quiere decir con esta afirmación es que Jesús nació sin intervención de José.
Si María tuvo a Santiago como hijo ¿Cómo es que los Padres de la Iglesia creyeron que María permaneció virgen si su hijo Santiago era Obispo de Jerusalén?Nadie reclamó ser descendiente de la familia de Nazaret de José y María. Nadie en los siguientes años después de su asunción andaba diciendo que era hermano carnal o sobrino de Jesús.No es normal que un matrimonio viva sin relaciones, pero ¡Tampoco es normal que su hijo sea Dios encarnado!

(Tomado de www.rosario.org.mx)

¿Por qué llaman al sacerdote "padre"?

Publicado por Willy


Esto ha sido por mucho tiempo una piedra de tropiezo para los fundamentalistas y sin una razón real. Los Católicos llaman al sacerdote 'padre'. Esto es el porqué del tropiezo.


A. Mt 23:9, "Ni llameis padre a nadie sobre la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el que está en los cielos." Absolutamente correcto nuevamente. Tenemos sólo un Dios el Padre que está en el Cielo.


B. Ex 20:12, "Honra tu padre y tu madre..." En mucho mas versículos la palabra ‘padre' es evocada para criaturas por los apostoles, y por el mismo Jesucristo. Hechos 7:2 y 22:1,"Hermanos y padres...", Rom 9:10, "nuestro padre Isaac...", Jn 6:49, "Vuestros padres comieron el maná en el desierto ...."


C. Que es lo que está pasando aquí? Cual es la traducción de Lc 14:26 usando el sentido intrínsico de Mt 23:9? "Si alguno viene a Mi y no aborrece (significa amar menos en aquellos tiempos) a su ‘padre' y a su madre...no puede ser Mi discípulo." Usando la lógica en 'A', tendría que traducirse como ‘tendrás que amar menos al Padre en el cielo, que a mi mismo, para ser mi discípulo'. No creo que Jesús quiso decir esto. La verdad es que Jesús se refería a un solo Dios, el Padre en el Cielo, en Mt 23:9 no multiples. Un sacerdote es un ‘padre espiritual' asi como el hombre que fué necesitado para concebir cada uno de nosotros es nuestro ‘padre natural'. De nuevo A+B=C.


La Oración Repetitiva

Publicado por Willy


Los Fundamentalistas alegan que la oración repetitiva es prohibida por las Escrituras.

Este argumento está dirigido a la oración Católica del Rosario


A. Mt 6:7, "Pero cuando ores, no uses vanas repeticiones, como hacen los gentiles; que piensan ser escuchados por su mucho hablar." En 1Reyes 18:25-29 hay una referencia a invocar el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía y sus oraciones no tuvieron respuesta. Si, esto es verdad. Repeticiones vanas como los paganos hacen, están prohibidas. Estos son ejemplos de repeticion ‘vana'.


B. De nuevo, hay muchos mas ejemplos de oración repetitiva que son aceptadas en las Escrituras, que en los que se rechazan. Ver Mt 26:44 donde Jesús oró en el jardín tres veces y recitó las mismas palabras. Y en Lc 6:12, "...salió El hacia la montaña para orar, y pasó la noche orando a Dios." Lc 21:36, "...orad siempre, para que podais evitar todo lo que ha de venir." Como podemos ‘orar siempre' sin repetir oraciones? Después tenemos a Isa 6:3, y Ap 4:8, "...no se daban reposo día y noche, diciendo Santo, Santo, Santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que viene." No es éste un primer ejemplo de oración repetitiva?


C. En este ejemplo los fundamentalistas aceptan 'A', e ignoran 'B', A+A=A. Si, deberíamos atenernos a la precaución de oración repetitiva ‘Vana' como oran los paganos. Los Cristianos no son ciertamente paganos. Sin embargo en 'B', un segundo tipo de oración repetitiva, o ‘Util', es mostrada. La respuesta correcta es A+B=C.


¿Qué es mas grave: el Pecado de Pensamiento o de Acción?

Publicado por Willy


Pregunta:

Quisiera solicitar un nuevo esclarecimiento, caso no sea incómodo: Teniendo en vista que es muy difícil para el hombre mantener la mente limpia en un mundo lleno de distracciones, sugestiones y malas influencias, me gustaría preguntarle:
¿El pecado de pensamiento es tan grave cuanto el pecado de acción?


Respuesta:

Es justo distinguir, como lo hace el lector, entre el pecado de pensamiento y el pecado de acción, comprendiendo este último, según la fórmula clásica, las palabras y las obras (entre las cuales es bueno incluir las miradas, como resaltan los buenos moralistas). Entonces, es posible pecar solamente de pensamiento, sin pasar a la acción. En este caso, la pregunta parece ser: ¿Cuál pecado es mayor? ¿Aquel que queda en el pensamiento, o el que se consuma en la acción?


Perfecta advertencia y pleno consentimiento


Para comprender bien el problema, se debe considerar que para que haya pecado mortal, es preciso que haya perfecta advertencia del entendimiento y pleno consentimiento de la voluntad. Entonces, es posible concebir que, en un mundo corrompido como éste en que vivimos, seamos asaltados por toda especie de malos pensamientos y deseos, contra los cuales debemos luchar denodadamente, pidiendo el auxilio de la gracia divina, especialmente por medio de María Santísima, Medianera de todas las gracias. Si rehusamos enteramente al mal pensamiento, no sólo no hay pecado, sino que hacemos un acto virtuoso. No hay derrota, ¡hay una victoria!

En esta lucha, sin embargo, puede ocurrir que, por la debilidad que dejó en nosotros el pecado original, tengamos momentos de flaqueza en que no rechacemos con la debida energía y prontitud el mal pensamiento que nos asaltó. En ese caso, no habremos dado el pleno consentimiento de nuestra voluntad, sino apenas un nebuloso medio consentimiento. Ídem en cuanto a la advertencia de nuestro entendimiento. En medio de la hiperactividad de la vida de hoy, con mil problemas que nos pasan por la cabeza, puede ocurrir que esos malos pensamientos revoloteen por nuestra mente, sin que tengamos perfecta advertencia de la maldad de ellos o del deseo que nos asaltó. En ambos casos, habrá ciertamente un pecado venial, que desagrada a Dios, pero no nos lleva a la ruptura con Él, causada ésta por el pecado mortal.
Mas puede ocurrir que sea dudoso para nosotros si incurrimos o no en pecado grave. Si es posible, lo mejor es rezar al Divino Espíritu Santo y a Nuestra Señora, recurrir lo más pronto posible a un prudente confesor, y exponerle el estado de nuestra alma. Pero si no tenemos a nuestro alcance un confesor prudente ¿cómo hacer?


En caso se trate de una persona que comulga diariamente, la regla es procurar hacer un acto de contrición perfecta de sus pecados y no dejar de comulgar, a no ser que se tenga la certeza de haber tenido perfecta advertencia del entendimiento y pleno consentimiento de la voluntad, como resaltamos al inicio. En esa desastrosa hipótesis, el maligno se habrá instalado en nuestra alma...

Pero en materia de pecado mortal, es siempre muy peligroso simplificar, sobre todo por la tendencia que todo hombre tiene de hacer un juicio benévolo acerca de sí mismo. Hay espíritus laxos que resuelven siempre a favor de la propia inocencia, como hay espíritus escrupulosos, a veces enfermizos, que se afligen innecesariamente. Como ya dijimos, la ayuda de un confesor docto y prudente es de suma importancia. El problema será, muchas veces, dónde encontrar ese confesor docto y prudente, en una Iglesia ella misma inmersa en un misterioso proceso de autodemolición e infestada por la humareda de Satanás, de la cual habló, ya en su tiempo, Paulo VI...

Gravedad del pecado de pensamiento
Dicho esto, vuelvo a la pregunta específica de la consulta: ¿Un pecado grave que quedó apenas en el pensamiento (pero con perfecta advertencia y pleno consentimiento), y que sin embargo, no se consumó en una acción, será menos grave de que aquel que fue hasta sus últimas consecuencias?
En este caso, la respuesta es clara, y fue dada por el propio Jesucristo Nuestro Señor: “Oísteis lo que fue dicho: No cometerás adulterio. Yo, sin embargo, os digo que todo el que mire a una mujer, codiciándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón” (Mt. 5, 27-28).
Los judíos, interpretando mal el mandamiento dado por Dios a Moisés –“No cometerás adulterio”–, estaban imbuidos de la idea de que el pecado de pensamiento no se incluía en ese precepto, y por tanto, para todos los efectos, no constituía pecado. Con la frase que acabamos de citar, Nuestro Señor los previene a ellos y a nosotros contra ese error de interpretación.
Sin duda, la literatura rabínica de todas las épocas condena la impureza que se comete apenas con los ojos o por pensamiento. Pero la práctica debía ser muy diferente, a punto de Jesucristo verse obligado a condenar el adulterio también por deseo y urgir el cumplimiento auténtico del sexto y noveno mandamientos del Decálogo.
El pecado de pensamiento plenamente consentido equivale por tanto al acto cometido. En este caso, no cabe hacer distinción de gravedad entre el pecado de pensamiento y el pecado de acción.
De ahí la vigilancia que debemos tener cuando un pensamiento impuro se insinúa en nuestra mente, para rechazarlo pronta y enérgicamente, en vez de quedar contemporizando con él, con el riesgo de llegar al pleno consentimiento.
Para ello, los autores espirituales dan excelentes consejos, que debemos poner en práctica celosamente: regularidad de nuestros ejercicios espirituales y oraciones; invocación amorosa a María Santísima; examen de conciencia diario; frecuencia regular a los sacramentos de la Confesión y Eucaristía; fuga enérgica de las ocasiones próximas de pecado; convivencia solamente con personas honestas; vocabulario y conversación irreprensibles; modestia en la mirada y en los trajes; extremo cuidado al examinar diarios y revistas, compaginados diabólicamente para mostrar las mayores aberraciones; rechazo enérgico a los programas de televisión, impregnados en casi su totalidad de inmoralidades de todo orden, etc.
En suma, se trata de hacer un rompimiento total y profundo de alma con ese mundo inmerso en el pecado, en que vivimos, pues en cualquier complacencia que tuviéramos con él, la puerta de nuestra alma quedará franqueada para pensamientos que podrán inducirnos al pecado grave, y por tanto al riesgo de la condenación eterna.
Que Nuestra Señora ayude al bien intencionado consultante a –en la oración, en la vigilancia y en la lucha– preservar la pureza de su alma, a fin de merecer el premio de la bienaventuranza eterna, conforme la promesa del Sermón de la Montaña: “Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mt. 5, 8).